Presentan un caso de un perro con endocarditis bacteriana causada por un biofilm
Los autores instan a mejorar el diagnóstico de las endocarditis bacterianas, y a desarrollar el uso de fármacos activos en los biofilms
La endocarditis en perros es una enfermedad rara pero grave y de mal pronóstico. El diagnóstico temprano y los planes de tratamiento adecuados podrían ser beneficiosos para el bienestar del animal. Sin embargo, el diagnóstico es difícil debido a los síntomas no discriminatorios de la enfermedad.
Un equipo de veterinarios alemanes ha presentado un caso de un rhodesian ridgeback macho castrado de 8 años (peso 41,5 kg), con fiebre y trombocitopenia severa, que había sido tratado con una dosis inmunosupresora de prednisolona y doxiciclina durante nueve días debido a la sospecha de trombocitopenia inmunomediada.
Se sospechó trombocitopenia inmunomediada primaria porque en la evaluación inicial no eran evidentes enfermedades subyacentes o factores desencadenantes. Se inició tratamiento con doxiciclina para tratar posibles infecciones transmitidas por vectores. El perro recibió profilaxis regular contra ectoparásitos y endoparásitos, y fue vacunado periódicamente contra el moquillo canino, la hepatitis infecciosa canina, la infección por parvovirus, la leptospirosis y la rabia.
Al no presentar evolución ante la terapia, el animal fue trasladado a un hospital de referencia donde se realizaron una serie de pruebas diagnósticas. Los hallazgos hematológicos incluyeron trombocitopenia grave, neutrofilia grave con desviación a la izquierda y monocitosis.
La radiografía de tórax fue normal. La radiografía abdominal reveló esplenomegalia y una leve pérdida de detalle en el espacio retroperitoneal. La ecografía de abdomen reveló una masa compleja heterogénea en el polo craneal del riñón derecho con una pequeña cantidad de líquido libre en el espacio retroperitoneal.
El examen ecocardiográfico del paciente mostró alteraciones de la válvula mitral, visibles como superposiciones hiperecogénicas de la válvula mitral engrosada de manera desigual. Los cambios de la válvula mitral fueron evidentes en diástole y en sístole tanto en el ventrículo izquierdo como en la aurícula izquierda. La válvula tricúspide se presentó levemente engrosada sin placas discernibles.
En el transcurso de las pruebas y los exámenes, la condición del perro se deterioró. El recuento de glóbulos blancos siguió aumentando, hubo deterioro de las actividades de las enzimas hepáticas, la hiperbilirrubinemia y los valores renales; y se sospechó una coagulación intravascular diseminada. El perro fue sacrificado debido a un mal pronóstico. Posteriormente se realizó una necropsia.
El examen patológico identificó un cuadro típico de sepsis. El principal hallazgo fue una endocarditis valvular trombótica severa de la válvula mitral con bacterias cocoides intralesionales detectables por histología. Otras manifestaciones sépticas estuvieron presentes en el cerebro (encefalitis), los riñones (nefritis) y el bazo (esplenitis). Una lesión en la oreja, que se sospechaba que era una lesión por mordedura, era una puerta de entrada hipotética. Las bacterias aisladas fueron identificadas como Streptococcus canis. Asimismo, los veterinarios descubrieron que existía un biofilm bacteriano en la propia válvula cardiaca.
Ante este caso, los autores del estudio han remarcado la importancia del diagnóstico precoz y destacan la necesidad de investigar un tratamiento médico más rápido y eficaz para las infecciones cardiacas causadas por S. canis.
“También vale la pena poder señalar los riesgos de ciertas cepas bacterianas e investigar sus características con fines de investigación”, añaden.
En resumen, “el tratamiento de la endocarditis podría mejorarse investigando la dosis óptima de antibióticos junto con el uso de fármacos activos en biopelículas”.